Otra vez estás en mi cabeza, ocupando todo de mi: mi tiempo, mi espacio, mi cabeza, y lo peor, mi corazón. Te encontré sin buscarte, simplemente apareciste y fue todo.
Lentamente te conocí, es extraño pero no te había visto aún y ya conocía tu vida, tus miedos, tus sueños y las cicatrices…
Soñé muchas veces en encontrar alguien como tu, quizá fueron demasiadas o quizá fueron muy pocas, lo que te puedo decir es que ha sido toda una vida.
No he terminado de conocerte y ya te extraño, como demonios se unieron nuestras vidas?
Como nos acoplamos uno al otro de ese modo?
Hablas, hablas mucho, yo no hago más que escucharte, imaginarte y tocarte en la distancia.
Una vez, una abrazo, una tarde, una mirada, un reflejo de mi en tus ojos… que más hacía falta?
No he hecho nada para mantenerte a mi lado, solo he sido yo, lo cual no siempre resulta bien… y sin embargo, sigues ahí, a mi lado, a través de mis noches, en medio de la oscuridad, perdido en la soledad, cegado por la luz, paralizado por el dolor.
Que hago yo en tu vida? Por qué escucho de tu boca que llené tu vida, que ocupé el espacio que níquel te dejó, pero… tienes una idea de lo que es pensar que solo soy un reemplazo? No, no te lo imaginas. Yo lo sé, me ha sucedido.
Es difícil soñar con conseguir algo y no ganarlo por que le pertenece a alguien más.
Pelear, luchar, herir, sanar, quizá perder, quizá ganar…
No hay comentarios:
Publicar un comentario